Una vez lo dejamos secar, vamos a montar los listones redondos de su interior. Para ello, encolaremos cada uno de los extremos de los listones y los repartiremos por el interior de nuestro rectángulo. Dependerá del tamaño que hagáis escogido y de lo separados que los queráis.



Mientras se seca, aunque se seca rápidamente, vamos a pintar el tablero trasero de madera. Para esta parte yo he escogido el color london grey, aunque tengo que deciros que al pasarle la lija para quitarle las impurezas, este se ha convertido en verde. Para no dejar que fuese tan fuerte, le he añadido un poco de betún de judea después con un trapo, así también le daba ese efecto envejecido que tanto me gusta.



Una vez tengamos las dos partes secas, tan solo hay que colocar una encima de la otra, ajustarlas bien y empezar a fijar las bisagras.
Yo he colocado dos pequeñas en la parte de abajo. Son muy fáciles de poner, así que no tendréis ninguna dificultad, y depende de donde las compréis, ya venden unos kits que llevan hasta los tornillos.



Cuando hayamos colocado las dos bisagras inferiores, vamos a colocar una al lateral. En este caso, la bisagra es diferente. Es una bisagra para apertura hacia arriba, pero nosotros la vamos a fijar en un lateral. Asi, hará de tope y evitará que nos caiga al abrir.


Y ya solo nos queda poner una arandela en la parte trasera y colocarlo donde más nos guste. Yo este lo he instalado en el taller, junto a la máquina de coser y la mesa, porque así los tengo a mano y me viene genial.  Si queréis protegerlo un poco más, podéis pasarle una capa de barniz mate de Novasol, así os quedará más protegido y no os cambiará para nada el aspecto mate que tiene.